Arquitectura: una profesión noble y de inspiración
¡Ser arquitecto es maravilloso! Es una profesión noble y de inspiración, pero a la vez sistemática y precisa. Esa dualidad es seductora para muchas personas. Es posible que el 90% de los niños haya soñado alguna vez con serlo. Sino preguntémosle a la empresa Lego cuál creen que sea el éxito de su marca.
El Arquitecto es un profesional que se forma para el mundo de la construcción; pero que además debe poseer una formación empresarial muy sólida. Por otra parte, el Arquitecto debe poseer la suficiente sensibilidad para diseñar y crear modelos que cumplan con requisitos estéticos. Por su puesto, sin dejar de tomar en cuenta los aspectos medioambientales, técnicos, económicos y de responsabilidad social.
Los arquitectos ven la vida de una forma especial. Ellos perciben las edificaciones de una forma diferente; lo hacen con los cinco sentidos. Deben soñar con las maravillosas obras que diseñarán, pero no pueden quedarse dormidos o en la quimera. La reputación de los arquitectos se construye con los años y la forja la experiencia acumulada.
Por eso los objetivos de las personas que se gradúan en esta carrera deben estar orientados, en simultaneo, al negocio. Quizá en principio la meta sea trabajar como aprendiz en alguna firma reconocida. Para la experiencia, esa es una carta maravillosa. No obstante, el “gusanillo” del emprendimiento y de tener un estudio propio, debe ser la meta a perseguir a largo plazo.
Otro punto importante para los Arquitectos son los proyectos de envergadura. Participar de obras emblemáticas, icónicas o aquellas que se espera tendrán una trascendencia histórica, es un extraordinario punto a favor. Por eso es bueno contemplar el abanico de posibilidades que se tienen para no desperdiciar ninguna.
El Arquitecto Raúl García García señaló que “estudiar arquitectura es aprender a distinguir entre “ver” y “observar” … estudiar arquitectura es aprender a ser crítico con todo cuanto te rodea, y especialmente con uno mismo”. Visto de esta forma, y con tanta pasión, bien vale la pena embarcarse en esa aventura de mirar la vida como lo haría un Arquitecto.